Los días 18, 19 y 20 de Marzo se cumple el V Aniversario del masivo arresto de 75 activistas cubanos defensores de la democracia y el respeto a los derechos humanos. El apresamiento de esas personas fue la respuesta del gobierno de Cuba a la creciente actividad pacífica de la disidencia, expresada en el apoyo prácticamente unánime al Proyecto Varela y el amplio avance de la prensa y los bibliotecarios independientes.

Esos movimientos empezaron a impactar fuertemente en la conciencia nacional. Por ello, el totalitarismo, viendo amenazado su poder, aprovechó la coyuntura del inicio de la guerra en Iraq y su impacto mediático, para desatar su artero ataque hacia personas pacíficas para tratar de desarticular el movimiento opositor y, sobre todo, crear un clima de terror entre la población.

Sin embargo, el cálculo del oficialismo fracaso estruendosamente. La opinión pública internacional no fue engañada y hasta personas que habían tenido vínculos muy estrechos con el gobierno de La Habana, criticaron fuertemente esos repudiables hechos; incluso algunas personalidades rompieron sus estrechas relaciones al comprender que durante años habían sido engañadas por un régimen que no tiene absolutamente nada que ver con concepciones relacionadas con una sociedad justa y avanzada.

Este V Aniversario se conmemora con 55 de los 75 prisioneros de conciencia en las inmundas cárceles cubanas y 9 bajo licencia extrapenal por motivos de salud, bajo la amenaza de ser retornados a prisión. Si cuando fueron condenados se cometió una gigantesca monstruosidad jurídica, hoy con un nuevo presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, el atropello y la arbitrariedad cometida adquiere dimensiones aún mayores.

Esto es así, pues el propio General Raúl Castro ha reconocido la existencia de muchos de los problemas que en su momento nosotros denunciamos y por lo que fuimos enviados a las prisiones. Su constatación de que los salarios no alcanzan para sostener una vida digna; que el sistema de retribución según el aporte laboral del ciudadano no funciona, y de hecho la inexistencia de un régimen de justicia social; que la agricultura es un desastre y que la mayoría de las tierras están sin cultivar o subutilizadas, mientras se importa el 84,0% de los alimentos indispensables; sus criticas a las prohibiciones dañinas y sus planteamientos sobre la necesidad de cambios estructurales y de conceptos, constituyen alegatos irrefutables sobre la justeza de nuestros señalamientos.

Quinto Aniversario…2

Fuimos nosotros, los perseguidos y condenados, quienes alertamos a la sociedad cubana sobre estos problemas y otros más. Por eso resulta incoherente y contradictoria la permanencia de nuestros 55 compañeros en prisión y que 9 continuemos amenazados de ser retornados a las cárceles en cualquier momento.

Tampoco puede ser aceptable la propuesta de canje de prisioneros formulada a prestigiosos representantes extranjeros, ya que constituye un insulto a la justicia y la dignidad de cubanos en la isla que no han cometido ningún delito.

Cuando se habla de posibles cambios estructurales y de conceptos, son firmados pactos internacionales de derechos humanos y se informa que será permitido el escrutinio del Consejo de Derechos Humanos de la ONU a Cuba, es imprescindible la inmediata e incondicional liberación de los presos de conciencia y políticos pacíficos. Si ello no se acomete, las medidas de cambio anunciadas perderían legitimidad; quedarían como meros movimientos tácticos para nuevamente tratar de engañar a la opinión pública nacional e internacional.

El gobierno cubano debe estar consciente de que después de medio siglo de totalitarismo sus opciones están muy limitadas. En particular el pueblo, que apoyó masiva el proceso iniciado en 1959, se encuentra decepcionado por la carga de miserias materiales y humanas en que ha devenido. Es tiempo de meditar seriamente y pasar de las palabras a los hechos. Deberá liberarse a personas inocentes, cuyo único delito ha sido querer a la patria y luchar por una Cuba libre, independiente y reconciliada.

Autor: Óscar Espinosa Chepe