Somos las pacíficas esposas, madres, hijas, hermanas, tías de los 75 prisioneros de conciencia, encarcelados los días 18, 19 y 20 de Marzo de 2003 por los únicos delitos de procurar ejercer su derecho a la libertad de expresión, desear el bien de nuestro pueblo y nuestra Patria. TODAS SOMOS VOCES. El dolor y la injusticia nos unen. El 30 de Marzo de 2003 fuimos por primera vez a misa en la Iglesia de Santa Rita de Casia y Caminamos por 5ta Avenida en Miramar, por lo que consideramos esa la fecha de nuestra constitución como movimiento pacífico.

Nos agrupamos sin organización de partido, criterios políticos ni credos religiosos. CUANDO ALGUNA PARTICIPA EN ACTIVIDADES DE ALGUNA ORGANIZACIÓN POLÍTICA O DE OTRO CARÁCTER, LO HACE A TÍTULO PERSONAL Y, POR TANTO, NO EN CALIDAD NI REPRESENTACIÓN DE LAS DAMAS DE BLANCO.

La mayoría -trabajadoras, universitarias, técnicas y amas de casa-,nunca nos hubiéramos imaginado en situaciones y actitudes como las que nos ha impuesto la vida. Pocas estábamos involucradas en proyectos como periodistas y bibliotecarios independientes o activistas de derechos humanos.

Aquellos días de Marzo de 2003, inmediatamente que concluyeron los aparatosos registros, con cuadras cerradas, autos y policías en uniforme y de civil por todas partes, las esposas comenzamos a denunciar las terribles condiciones de confinamiento y la depauperación de quienes eran sometidos a intensos y permanentes interrogatorios en el Cuartel General de la seguridad del Estado (Policía Política). Luego siguieron los juicios sumarísimos sin las debidas garantías procesales y las condenas de hasta 28 años de prisión.

El número de nosotras fue creciendo. Las esposas, madres, hijas, hermanas y tías de los 75 en su mayoría nos conocimos en los infaustos cuarteles o en las cárceles. Ellos, residentes en todo el país, fueron enviados a prisiones en extremos opuestos a nuestros hogares, por lo que nuestras familias también han sido condenadas y sometidas a torturas psicológicas que afectan con particular crueldad a nuestros hijos y ancianos. No obstante, esto contribuyó a que al desplazarnos, nos fuéramos conociendo entre sí, y que la población de todo el país también supiera de las injusticias cometidas contra los 75.

Nosotras demandamos justicia a las autoridades competentes de nuestro país. Asistimos a misa los domingos en la Iglesia de Santa Rita de Casia, Abogada de las Causas Imposibles; caminamos por la 5ta Avenida de Miramar todos los domingos, y por La Habana en determinadas ocasiones. Nos reunimos mensualmente en el «Té Literario» para intercambiar ideas, leer cartas y poemas nuestros y de los presos, conocer las nuevas arbitrariedades, apoyarnos. Recabamos y recibimos la solidaridad del pueblo cubano y la comunidad internacional.

Las autoridades nos han reprimido de muy diversas maneras. Prácticamente han sitiado la Iglesia; ponen operativos de la policía política en los lugares públicos donde concurrimos; nos amenazan en nuestros hogares o en Centros de la Seguridad del Estado; compulsan a los vecinos a distanciarse; intimidan a las personas que brindan sus hogares para pernoctar cuando visitamos a nuestros esposos en otras provincias. Nos lanzaron una gran cantidad de mujeres organizadas y dirigidas por la Seguridad del Estado el 20 de Marzo de 2005, cuando caminábamos en la 5ta Avenida ese Segundo Aniversario de los encarcelamientos, coincidiendo con el Domingo de Ramos. Portadoras de gladiolos rosados y guano bendito, respondimos ecuánimemente; continuamos nuestra marcha con cánticos y oraciones. Primer «Mítin o Acto de Repudio» de la renovada ola represiva. Después se han repetido las intimidaciones, las ofensas y las agresiones a las mujeres y sus familias.

Los prisioneros de conciencia son visitados frecuentemente por la policía política para que exijan a sus mujeres el cese de su incansable lucha. Les dicen que las terribles condiciones carcelarias dependen de nosotras. Ellos saben que les mienten. Desean, además, hacerles creer que están olvidados y permanecerán allí hasta el término de la sanción o de sus vidas. No reciben asistencia médica adecuada.

Hoy, 59 fenecen en las prisiones; 16 han recibido licencia extrapenal por motivos de enfermedad, de ellos 5 pudieron salir al exterior, pero los 10 que están en sus hogares pueden ser retornados a prisión en cualquier momento. El 10 de Enero de 2007, Miguel Valdés Tamayo falleció en un hospital de La Habana, había recibido Licencia Extrapenal por tener serios problemas cardíacos; poseía visas para viajar a los Países Bajos y Estados Unidos, pero el gobierno de Cuba no le dió permiso para salir del país.

Se unen a las Damas de Blanco otras mujeres cubanas como muestra de APOYO. Ellas son bienvenidas e indudablemente tienen gran valor, porque enfrentan la represión, a pesar de NO SER DAMAS DE BLANCO porque NO tienen prisioneros de los 75. También nosotras nos solidarizamos con los demás prisioneros de conciencia y políticos pacíficos existentes en Cuba.

El 14 de Diciembre de 2005 recibimos el Premio Sajarov a la Libertad de Conciencia del Parlamento Europeo; el gobierno de Cuba NO dió permiso a las 5 delegadas para asistir a la ceremonia de entrega en Estrasburgo, Francia, a pesar de las gestiones del Sr. Josep Borrel, presidente del Parlamento Europeo, de los gobiernos de Inglaterra, España y otros, así como de personalidades. Las autoridades cubanas impidieron a cinco pacíficas mujeres viajar, pero ha demostrado su verdadera naturaleza violadora de los más elementales derechos humanos.

Se recibió el Premio de Derechos Humanos 2005 de la Fundación Hispanocubana con sede en Madrid.

En 2006, las Damas de Blanco también obtuvimos el Premio de Derechos Humanos de la ONG Human Rights First, pero tampoco pudieron asistir a la ceremonia de entrega en Nueva York.

Al conferir estas prestigiosas instituciones esos reconocimientos a las Damas de Blanco han infundido nuevas esperanzas a nuestros prisioneros de conciencia inocentes e inconmovibles en sus convicciones. Las gestiones de gobiernos, parlamentarios, ONG´s, personalidades y los cubanos residentes en el exterior, así como la información en la prensa internacional han salvado vidas y pueden lograr la libertad inmediata e incondicional de todos.

Autor: Miriam Leiva y Laura Pollán (publicado en CubaNuestra)