Miscelaneas de Cuba
(Hago esta acotación que para aquellos que no conocen a la entrevistada, es una mujer muy pálida, de suaves gestos que, cuando va a contestar, el tono de su voz transmite una suavidad con los vocablos empleados, como si no deseara ofender a nadie, ni aún a los que posiblemente, en un momento dado, serían sus enemigos. Eso sí, cuando recuerda a su esposo, la amargura la oculta detrás de una triste sonrisa, como si no quisiera que ese matiz de tristeza cubra también al que está frente a Ella, con grabadora en la mano)

(A entrar en su hogar, capté un aura de paz, de karma, con paredes claras, pocos muebles combinantes, los necesarios, y en la pared frontal a la puerta de la calle, una pintura de rasgos estilizados, donde aparece un árbol gigante, en cuyas ramas, cuelgan pequeños retratos de los 75, en franco y retador homenaje a estos cubanos presos)

Hugo Araña (HA): Ante todo Laura, buenos días, y gracias por concedernos estos minutos a pesar de padecer de una hiperdiabetis. Por lo tanto, para no hacer extensivo el encuentro, la primera pregunta consiste en ¿cuál es la posible o no posible relación entre las Damas de la Plaza de Mayo argentina y las Damas de Blanco cubanas?

LP: Con respecto a eso, Hugo, podríamos decir que lo único es el dolor y tratar de llamar la atención ante el mundo, para obtener solidaridad por nuestras causas. Pero por todo lo demás, es diferente. Sabemos que allí existió una dictadura igual a la que existe aquí, sólo que aquí, hasta ahora afortunadamente a ninguno de nuestros presos los han matado. Ellas lucharon porque tenían a sus hijos, a sus familiares, desaparecido, y no sabían si estaban muertos, aunque también resultó que muchos estaban fuera del País y no habían podido tener contacto con ellas.

Con respecto a lo demás, somos diferentes. Nosotras como en una ocasión la Bonafini dijo que nosotras éramos las Damas de la Muerte que vestíamos de negro, está equivocada. Nunca hemos vestido de negro. Porque las damas somos Damas de Blanco precisamente por nuestra vestimenta.

Pero, nosotras no tenemos nada que ver con la muerte. Al contrario. Somos mujeres que vestimos de blanco como símbolo de la Paz del Amor, de la Inocencia. Nosotras amamos a Dios por encima de todo. Y Dios nos da la vida. Y hay que amar la vida que El nos dio. No consideramos que ninguna persona aunque sea presidente tiene el derecho de quitarle la vida a ningún ser humano, porque nosotros somos, ya lo dije, seres humanos, no Dios. Y ese es un derecho que solamente le pertenece a El. Y cuando digo un presidente, es de cualquier país, lo mismo de derecha que de izquierda. La vida es sagrada.

HA: ¿Cuál es en sí, el objetivo de las Damas de Blanco?

LP: Bueno. Nuestro objetivo fundamental es la lucha por la libertad de los presos políticos. Es cierto que al principio lo hacíamos por el Grupo de los 75, que fue en definitiva quién nos hizo tomar esta decisión. Quiénes llevaron a que nos uniéramos y poco a poco hemos ido evolucionando y comprendemos, es que todos los presos políticos en los que no se hayan visto vinculados a hechos de sangre, tienen también derecho a la libertad.

Hay algunas personas que nos dicen que no, pero todos. Y digo, cuando existen hechos de sangre, aunque vuelva Don Estrada Palma, que fue el primer Presidente de Cuba, seguro que los iban a juzgar. Y ahí ya no podemos hablar de inocencia. Todas las personas que por sus ideas estén cumpliendo prisión sin que haya habido violencia, ni hechos de sangre, tienen derecho a la libertad. Y por eso luchamos.

HA: Según Raúl Castro argumentó en una entrevista en su realizada visita al Brasil que si los Estados Unidos liberan a los cinco espías cubanos que cumplen allá severas condenas, él es capaz de cambiarlos por los presos políticos que tiene en Cuba. ¿Cuál es su opinión sobre esa declaración?

LP: Con respecto a los planteamientos de Raúl Castro, o Castro 2, como le decimos, debido a la dinastía de ellos, eso no resulta nada nuevo para la Oposición ni para los presos, porque desde un principio sabíamos que el objetivo de haber encarcelado a todos estos disidentes, bibliotecarios, y periodistas independientes, fue precisamente realizar un cambio.

Conocemos que eran ochenta y cuatro las personas que fueron encarceladas, sin embargo, algunos al otro día los liberaron. Y a otros los dejaron en las prisiones para ser juzgados en juicios sumarísimos, los setenta y cinco, porque setenta y cinco es el número que resultaba múltiplo de cinco.

Además, desde ese momento ellos quisieron convertir a nuestros familiares en moneda de cambio. Mientras más alta fueran las condenas, más valor tendrían estas monedas. Por eso hemos visto que en otros casos, otros opositores, otros periodistas, que han cometido el mismo delito, han sido condenados a tres o cuatro años, porque ya no les servían de rehenes o monedas de cambio.

Así es que ahora después de seis años, es que lo han hecho público. Pero en realidad siempre se supo que ese fue el objetivo. También debo de aclararle que la mayoría de los presos que he podido conversar al respecto, me plantean que no aceptan bajo ningún concepto ser cambiados por los cinco, que son espías confesos.

HA: ¿Pero usted aceptaría ese cambio?

LP: Bueno. Yo le voy a decir algo. Los familiares nos hemos reunidos y hemos conversados. Respetamos lo que decida cada familia con su preso, porque en definitiva ellos son los que están presos, y las familias son las que sufrimos. Pero mi esposo, al igual que la mayoría no lo aceptan, y nosotros los seguimos. Por lo tanto, si ellos no son espías, no tienen un delito similar a los que han sido juzgados en los Estados Unidos, no tienen porque aceptarlo.

Además, hay otra cosa, que aquí son demasiados idealistas. Este Gobierno es un comunismo especial más idealista que ninguno otro en ciertos aspectos. Ellos piensan que como esto es una dictadura, que aquí existe el totalitarismo, que aquí no hay un estado de derecho, piensan como Raúl Castro o su hermano, pueden decir ahora mismo, saquen a todos los presos inmediatamente, y todos los militares, jueces, abogados, todo el mundo, se arrodillan ante ellos y abren las cárceles.

En los países, donde existe un estado de derecho, una democracia, no es así. Tienen que ver con el poder judicial que los juzgó, y el presidente no puede decir, sáquenlo. Por lo tanto, es un idealismo de Raúl Castro plantearle al presidente Obama que haga eso. Además, es una falta de respeto, porque no ha contado ni con los presos ni con sus familiares, que es lo primero que debía de hacer.

HA: Ahora con referencia a ustedes y su Grupo, ¿en estos momentos quién dirige a las Damas de Blanco?

LP: Las Damas de Blanco no es una organización. Y al no ser una organización no tenemos presidenta, ni nada. Las cosas las hacemos por consenso. Es cierto que las mujeres que estamos aquí en La Habana se les presentan constantemente una serie de problemáticas que tenemos que resolver y no podemos esperar al día diez y ocho, que es el día oficial de las reuniones para tomar las decisiones, pero siempre, de una forma que sea más bien por consenso de todas, que estén de acuerdo, incluso luego les planteamos cada vez que se va a hacer una carta, los domingos cuando salimos de la iglesia, tenemos pequeñas reuniones.

Allí lo planteamos, se les da a conocer para que conozcan lo que hay. Pero no tenemos una dirección, y creo que no debemos de tenerla, porque el día que ya tengamos presidenta, bueno, toda esa nomenclatura de la estructura que lleve, ya dejaríamos de ser un grupo espontáneo, y sería una organización.

HA: La pregunta anterior, es referencia a una serie de actividades que realizan un grupo de Damas de Blanco en el interior del país. ¿Son conceptuadas, son por libre, o tienen conocimientos de lo que hacen?

LP: Es bastante difícil la pregunta que me hace, pero le voy a decir que nosotras siempre hemos planteado, que cuando las Damas de Blanco no puedan venir a la iglesia de Santa Rita, que vayan a las de sus pueblos, vestidas de blanco a misa. Hasta ahí es lo que las Damas de Blanco tiene orientado. Lo demás…Es lo que se ha planteados en las reuniones que realizamos, y es a lo que se ha llegado a un consenso.

Las Damas de Blanco somos mujeres que nos caracterizamos por ser pacíficas, por eso vestimos de blanco, no podemos ser provocadoras, no podemos aceptar ni responder a las provocaciones que nos hacen, porque muchas veces sabemos que las tropas paramilitares vestidas de pueblo, nos insultan, incluso en ocasiones nos han dado hasta golpes, pero nosotras, como mujeres pacíficas, y seguidores de la doctrina de Mohandas Gandhi, no podemos aceptar esas provocaciones.

HA: Y una última pregunta, Laura, porque no quiero abusar de su amabilidad. Me refiero a la población en sentido general. ¿Las apoyan?

LP: Mucho.

HA: ¿De qué forma?

LP: Cuando caminamos, me voy a remontar a años atrás… Al principio, cuando caminábamos, las personas nos miraban con cierto recelo, y se encogían como en una especie de temor. Pero a medida que ha ido pasando el tiempo, captamos un cambio. Además, nosotras hemos sido las que nos hemos acercamos a ellas y ellos. Además, así comprueban de nuestro pacifismo. Les regalamos hasta gladiolos, en símbolo del amor, de la familia, lacitos blancos como símbolo de la Paz, de la unión, de la solidaridad, le pedimos por los presos, y así nos han ido conociendo, y en estos momentos, digo, desde hace tres años más o menos, cuando caminamos por las calles, no sólo por la Quinta Avenida, porque caminamos por otras, sucede igual. Con decirle, que ya hemos ido hasta el municipio de Regla a caminar. Y que sucede, cuando se nos acercan nos dicen que Dios las bendiga, sigan adelante.

HA: Y al municipio de Regla, ¿en qué fueron?

LP: Nos fuimos en el camello (Nota del entrevistador: Trasporte compuesto por un camión y rastra cubierta con puertas y asientos en su interior para los pasajeros, hasta hace poco desarticulados)

HU: ¿Y cómo fue la reacción en el camello cuando todas ustedes subieron?

LP: Aunque no lo crea, fue normal. Normal. Ya las personas nos conocen, Hugo. Ese es el problema. Que ya hemos logrado que el pueblo nos reconoce. Incluso, no son pocas las que se nos acercan y nos dicen que Dios las bendiga, que tengan fe.

El mismo día de las Mercedes, que es el Patrona de los presos, fuimos hasta allá desde esta casa, que dista como cuatro kilómetros, y nos decían muchas al vernos vestidas de blanco ¡Aché! ¡Aché para ustedes!, que significa suerte. Ustedes verán que les van a sacar a los presos, pídanselo a la Virgencita que ella se los va a conceder.

Es decir, ahí se muestra la solidaridad. Nunca esas personas nos agreden, a no ser las tropas paramilitares cuando hemos ido a lugares del Gobierno, que después que hemos terminado nuestro objetivo, que es decir algunas palabras, vienen las tropas, porque esa es otra cosa, porque cuando visitamos ciertos objetivos fundamentales, lo mantenemos en secreto, porque desgraciadamente, las Seguridad del Estado tiene oídos muy largos.

HA: Demasiados.

LP: Y entonces, nada más lo dominamos dos o tres personas. Porque si no, no podemos llegar al lugar escogido en ese caso. Ahora te puedo garantizar que tenemos la solidaridad del pueblo. Y eso es un gran logro y podría decirte que, en estos momentos las Damas de Blanco a pesar de que no hemos logrado nuestro objetivo fundamental, que es la libertad de los presos, ya hay gente que han salido.

Y si esto hubiera ocurrido años atrás, cuando las familias no salían, todavía estuvieran presos con enfermedades y todo. Porque cuántos enfermos no se han muertos en las prisiones y no los han liberados. Y un aspecto a destacar que es importante: hemos logrado que la comunidad internacional se interese por los presos políticos cubanos.

Y además, aquí, en estos momentos, yo diría que somos una clarinada al pueblo. Una clarinada a seguir y pueden hasta pensar que, si ellas salen a protestar por la situación de sus presos, nosotros podemos hacerlo también. Es decir, que poco a poco, hemos sido el llamado a la conciencia general de nuestro pueblo.

HA: Quizás por eso, me viene una pregunta a la mente. En comparación, ¿cómo es la relación en la actualidad, digo si hay alguna, entre el Ministerio del Interior y ustedes?

LP: Bueno.

HA: ¿Ha disminuido la presión, o se ha vuelto algo solapado en las intenciones de ellos con o contra ustedes?

LP: Nosotras hemos tratado que siempre sea una relación de respeto.

HA: ¿Y ellos la mantiene recíprocamente?

LP: Bueno… Ellos tratan de acuerdo a como se les tratan. Sabemos que desde que está en el poder Raúl Castro, ha sido mucho más fuerte la represión. No obstante a eso, se acercan a nosotras en forma correcta, a plantearnos que no hagamos esto.

Por ejemplo, cada vez que ellos conocen que hay fechas que vamos a salir, vienen a decirnos que no podemos hacerlo, pero nosotras les respondemos que aceptamos su mensaje, porque es una orden y ellos tienen que atenerse a ella, pero ¿van a soltar a los presos? les preguntamos, y nos responden que no pueden, entonces nosotras le replicamos que no podemos dejar de salir. Hasta ahí.

Es cierto que se han organizado cuando lo de la Plaza y nos arrastraron cuando les llevamos la Carta. Y allí estaba la Seguridad del Estado. Pero a no ser salvo raras excepciones, ellos tratan de mantener una actitud discreta, no violenta, a no ser días especiales que entonces buscan a las tropas paramilitares. Por ejemplo, pudimos llegar al Capitolio porque no lo sabían, y ya después de que estuvimos allí y nos fuimos, ya no podían hacer nada. Y nos esperaron en la Plaza de la Revolución cuando fuimos hasta el Tribunal Supremo que queda en los edificios en los alrededores del lugar y después que terminamos de hablarles, fue cuando llegaron y con sus tropas paramilitares, y comenzaron a gritarnos.

HA: Pero cuando fueron allí, la alocución de ustedes, ¿era contestataria o conciliadora?

LP: No. Nosotras fuimos allí a recordarles que habían sido injustos en el Tribunal Supremo, que es el máximo poder judicial. Y en el caso de estos hombres que fueron juzgados, se hicieron las apelaciones, que lo único que quedaba por hacer, en el Tribunal Supremo, donde muchas familias hicieron una reclamación para una revisión de causa y nunca nos han respondido.

Al igual que cuando vamos al Consejo de Estado. Les enviamos cartas hasta a la misma Asamblea del Poder Popular, y nunca nos responden. Por eso, ya no llevamos cartas, sino vamos allí y planteamos que es una actitud injusta, que nosotras somos sus familiares y que reclamamos la libertad inmediata e incondicional, sin agredirlos.

Somos pacíficas. En algunos lugares hasta soltamos palomas blancas, en símbolo de la libertad. Hasta ahí. Ellos son los que vienen a decirnos mercenarias, terroristas. Incluso en un caso, (no puede aguantar la risa), un agente detrás de mi me gritaba ¡asesina! Y yo me le viré y me reí, porque en esos momentos, lo que vino a la mente fue preguntarle a ese señor, si ha contado las cucarachas que yo he matado en mi vida para que me diga asesina, porque yo ni los pollos los mato.

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Autor: Hugo Araña-Miscelaneas de Cuba