Por Pedro Corzo

El realizador cubano, Lilo Vilaplana, anunció recientemente que había concluido el rodaje de la película «Plantada», un documento histórico más que necesario, que hará justicia a los miles de mujeres cubanas que han estado y están en prisión, por su lucha por la libertad y la democracia en la Isla. 

Vilaplana, hizo un aporte fundamental a la historiografía de Cuba cuando filmó la épica película «Plantados», que recoge la crueldad del sistema penitenciario castrista y la vesania de los carceleros que aplican las normas del totalitarismo insular, un trabajo que muestra a su vez, el patriotismo de los prisioneros políticos.  

Este filme promete ser al menos tan valioso como el anterior, porque recogerá las vivencias de las mujeres que han enfrentado la dictadura y que por sus acciones, terminaron en las ergástulas del totalitarismo, padeciendo una violación sistemática de sus derechos, incluido el de la vida. 

El Presidio Político femenino cubano ha sido, sin dudas, el más numeroso y extenso en años que haya padecido el hemisferio americano. Se inició en 1959 y aún no termina como refleja la periodista Yolanda Huerga en un trabajo posteado en la página web de Radio Martí en la que una joven prisionera política, Rosa Jany Murillo, en respuesta a un chantaje de sus carceleros dice, «yo no tengo nada por qué escarmentar. Yo tengo un solo ideal, un solo principio, un solo concepto: quiero que se caiga el comunismo, que haya partidos democráticos, que mi pueblo pueda ser defendido y atendido por un gobierno. Ustedes no lo hacen, por tanto, no tengo nada de qué arrepentirme». 

El coraje de esta joven cubana lo conocen las rejas de las prisiones de mujeres desde los albores de la Revolución. Frente a esos mismos barrotes, en diferentes mazmorras, miles de damas de diferentes generaciones han demostrado su compromiso con la libertad como lo hicieron, Cary Roque, Ana Lazara Rodríguez, Gloria Lasalle, Isabel Tejera, María Amalia Fernández del Cueto, Nelly Rojas, Maritza Lugo, Marta Beatriz Roque Cabello, una lista interminable de heroínas que podremos conocer cuando Vilaplana y su equipo entreguen «Plantadas». 

Tratar de sintetizar el heroísmo de la mujer cubana en la prisión en estos 63 años es casi una odisea. Son muchos los sucesos a reseñar, fusilamientos de compañeros de causa, fugas, torturas, golpizas, huelgas de hambre, muertes, separación de la familia, la no tenencia de hijos por cumplir con la Patria, falta de los recursos más esenciales para la vida, una lista infinita de pesares que honra la gesta de estas féminas que demostraron siempre un dignísimo estoicismo. 

El Maestro de todo cubano con decoro, José Martí, escribió Honrar Honra, y por ello es justo y apropiado hacer mención de la persona que, a mi modesto modo de ver, ha impulsado como ninguna otra la filmación de «Plantadas», Reynol Rodríguez, un activista a favor de la democracia y la libertad de los cubanos que ha dedicado su vida a la lucha contra las dictaduras. 

Rodríguez es de esas personas que entienden que la lucha tiene muchas facetas sin negar ninguna. Es un hombre de probado heroísmo, ha participado en incursiones armadas contra la dictadura y apoyado con todo fervor a personalidades como el inolvidable Vicente Méndez, caído en combate pocos días después de arribar a costas cubanas. 

Este combatiente por la libertad ha trabajado mes tras mes en la organización de actividades con el objetivo de recaudar fondos para este documento histórico sobre la mujer cubana, constituyó un comité organizados que ha cumplido a plenitud su objetivo, en el cual debo destacar a dos integrantes en particular, Pedro Remón, otro corajudo compatriota que nunca dice No, y el hijo de Osvaldo Ramírez, un glorioso mártir en la lucha contra el castrismo quien fuera el segundo jefe de los alzados de las montañas del Escambray a principios de los 60, también de nombre Osvaldo Ramírez, otro compatriota que se suma a todas las gestiones por la democracia. 

La filmografía exiliada dedicada a recoger directamente la lucha por la libertad, tiene a varios realizadores que al igual que Vilaplana han demostrado un compromiso con el arte y la realidad cubana, el pionero Eduardo Palmer, Iván Acosta, Luis Guardia, Daniel Urdanivia y Wenceslao Cruz, a todos ellos debemos, por sus callados esfuerzos, un profundo respeto.