Esta Cumbre, sería en Chile, todo un símbolo de la transición pacífica hacia la democracia y sede de aquella memorable Cumbre de Viña del Mar, donde los gobernantes presentes, incluyendo el de Cuba, firmaron su adhesión a los derechos humanos y la democracia. Pero parece que por conveniencia de las propias Cumbres, los acuerdos memorables de Viña del Mar, se volvieron inmemorables.

Quizás pase tiempo antes de que el pueblo cubano encuentre razones para ser parte de esas Cumbres, porque cuando en el futuro próximo de Cuba libre y democrática, nuestros hijos pregunten: ¿Por qué el estado cubano no participa en eso que llaman Cumbre Iberoamericana y sus instituciones? Seguramente tendrá que darse la respuesta justa y con la verdad.

Porque aunque somos histórica, humana y culturalmente parte de esa familia, esas Cumbres, nos abandonaron y nos negaron cuando vivíamos bajo la opresión totalitaria.

Porque muchos de los cubanos que enviaban mensajes a esas Cumbres pidiendo la solidaridad, después sufrieron prisión cruel sólo por defender los derechos humanos y esas Cumbres continuaron cómplices y mudas.

Porque esas Cumbres, nunca tuvieron el valor de reclamar los derechos para los cubanos.

Porque, esas Cumbres, finalmente legitimaron y celebraron al régimen que nos quitaba la libertad, consagrando culposamente la opresión que sufría nuestro pueblo.

Porque tuvieron tanto miedo, que convivieron con la mentira, mucho más allá de los límites de lo que ya era la burla y el desprecio a nuestro pueblo.

Porque ni en los momentos finales cuando el pueblo de Cuba necesitaba apoyo para los cambios pacíficos y el diálogo entre cubanos, sobre la base del respeto de los derechos, se atrevieron a tener una palabra de solidaridad para los cubanos.

Han habido brillantes y excepcionalísimas actitudes individuales de coraje y coherencia en las Cumbres, para reconocer los derechos de los cubanos y a los que defendemos esos derechos. Para esos, nuestras permanentes gratitud y admiración.

Pero esta Cumbre, celebrada en Chile perdió la oportunidad, posiblemente la última, de reivindicarse ante la historia, ante el pueblo cubano y ante sus propios pueblos. Otra vez, y en que momento, dejaron sola a Cuba, a su pueblo, a sus ciudadanos y se sumergieron en la simulación de un concierto democrático donde ya hay tantas adulteraciones, que el falso concierto es un escándalo disonante.

Podemos proclamar, que para la próxima Cumbre Iberoamericana, ya el pueblo de Cuba será libre, sin haber recibido el apoyo de las cumbres y a pesar de las cumbres.

Autor: Oswaldo José Payá Sardiñas