Internet ofreció ayer al mundo una nueva imagen del que fuera presidente de Cuba, Fidel Castro, de quien apenas pueden verse ya más de tres o cuatro instantáneas al año convenientemente seleccionadas por el régimen de la isla para demostrar que, pese a los recurrentes rumores sobre su muerte, continúa en pie. Esta última fotografía del dictador fue realizada el pasado 21 de octubre y publicada ayer en la página web de la Iglesia ortodoxa rusa. En ella se ve al líder cubano durante la reunión que mantuvo en aquella fecha con el responsable de esa Iglesia, Kiril Gundjaev, en La Habana, donde se consagró la primera catedral ortodoxa en Cuba. La fotografía presenta a un Fidel Castro de 82 años, en ropa deportiva, desmejorado y demacrado, y más delgado aún que en sus últimas imágenes conocidas. Su decrepitud es la de la isla. Con medio siglo de dictadura a sus espaldas, y habiendo «traspasado» el relevo de uno de los poderes más autoritarios del planeta a su hermano Raúl en julio de 2006, Cuba agoniza. La pobreza y la represión política siguen siendo las señas de identidad de la isla, cuya situación es «muy compleja», según ha admitido públicamente el propio Raúl Castro, después de haber sido arrasada por tres huracanes en los últimos meses. Un desastre que está costando al régimen más de 10.000 millones de dólares hasta la fecha. Fidel sigue enfermo: tanto o más que la isla a la que ha maltratado durante años. Y cada día que pase sin abrirse al mundo, y a la democracia, más enferma y decrépita estará.
Autor: (publicado en ABC)