El Nuevo Herald
El recientemente liberado preso político Ariel Sigler Amaya, parapléjico y confinado a una silla de ruedas, llegará hoy miércoles procedente de La Habana para iniciar un largo y complejo proceso de rehabilitación en el Hospital Jackson Memorial.

‘Será un recibimiento muy especial. Tendremos autoridades de gobierno y personalidades locales’, dijo a El Nuevo Herald su hermano Miguel Sigler, residente en Miami.

Sigler, líder del movimiento Opción Alternativa, arribará al Aeropuerto Internacional de Miami poco después de la 1 p.m. en el vuelo 5K-5902, de la compañía aérea Sky King. Afuera de la terminal J se han dado cita para esperarlo un numeroso grupo de exiliados, familiares y funcionarios locales.

En la comitiva estarán, entre otros, los alcaldes de Miami y el Condado de Miami-Dade, Tomás Regalado y Carlos Alvarez, respectivamente; y el representante estatal Julio Robaina.

‘Este hombre es una persona importante en la lucha por las libertades’, dijo Regalado. ‘El recibimiento demuestra nuestro apoyo a los derechos humanos. Por eso vamos a estar ahí’.

Sigler, condenado a 20 años de prisión, rechazó una propuesta para ser atendido en España y seguir allí su rehabilitación. Robaina indicó que tanto él como Regalado hicieron las gestiones con el Jackson.

‘Para mí va a ser un orgullo cuando llegue’, sostuvo Robaina.

Un comunicado de prensa del Jackson indicó que la familia de Sigler ha declarado que lo llevarán allí para que reciba tratamiento médico de emergencia.

La liberación del disidente se produjo el 12 de junio en el marco de una ronda de conversaciones entre el gobernante Raúl Castro y la alta jerarquía de la Iglesia Católica cubana. En ese momento, 12 presos políticos terminaron siendo reubicados a cárceles cercanas a sus hogares. Posteriormente otros 20 viajaron exiliados a España.

Sigler es uno de los 75 encarcelados hace siete años durante la llamada Primavera Negra, una ola de arrestos y juicios sumarios contra opositores pacíficos y periodistas independientes. Todavía 32 continúan en prisión a la espera de una segunda fase de excarcelaciones.

Durante sus años de prisión, Sigler contrajo una polineuropatía agresiva y recientemente su estado se agravó hasta poner en riesgo su vida.

Según familiares y activistas que abogan por los derechos humanos en Cuba, a finales del 2008 fue hospitalizado de emergencia en La Habana con una historia clínica que incluye esofagitis y cálculos en el riñón. También sufre de pólipos en la vesícula, duodenitis y gastroduodenitis, entre otros padecimientos.

Rodolfo Rodríguez San Román, presidente del Presidio Político Histórico Cubano, saludó la llegada de Sigler, a quien calificó como una importante figura del movimiento disidente.

‘Este muchacho tiene todo nuestro apoyo y nos sentimos más que contentos’, comentó.

Antes de ingresar a prisión, Sigler era un deportista y boxeador que pesaba 205 libras. El último registro médico señaló que no superaba las 117 libras.

‘Toda la familia se siente optimista y contenta de que Ariel será curado en Estados Unidos’, añadió Miguel Sigler.

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Autor: El Nuevo Herald