La Dama Berta Soler Fernández, esposa del preso político y de conciencia, Ángel Moya Acosta, salió de la vivienda que comparte con la también Dama de Blanco, Laura Pollán Toledo, el pasado 4 de noviembre, cuando fue interceptada por dos agentes de la Policía Nacional Revolucionarais (PNR) en las calles Neptuno y Aramburu, en la barriada de Cayo Hueso, municipio Centro Habana. Tras solicitarle su identificación los agentes le comunciaron a Soler que sería conducida a un punto policial .

“Cuando me percato de la detención de Berta, en bata de casa, me personé en Neptuno y Aramburu y proteste por el arresto, les dije a los policías que por qué no arrestaban a los ladrones, drogaditos y delincuentes, explicó Laura Pollán al periodista Carlos Serpa.

Berta Soler Fernández fue conducida a un centro de detención de la PNR situado en las calles San Lázaro y Hospital. ‘El oficial de la PNR identificado por Joel me preguntó que qué decía el brazalete, le contesté que lo leyera él mismo’, dijo Soler. ‘Cuando Joel leyó en voz alta Cambio, uno de los policías presentes me preguntó si conocía el significado de la plabra, y me explicó que es contrarrevolución, es estar en contra del gobierno y que me someterían a investigación. Le manifesté que no me iba a quitar la pulsera, que me consideraba una mujer libre, que era la esposa del preso político y de conciencia Ángel Moya, condenado a 20 años de prisión por el gobierno de Fidel Castro, y que si me iban a investigar que iniciaran el proceso. Yo misma les facilité cinco números telefónicos de la Sección 21 del Departamento de Seguridad del Estado’.

A continuación, prosiguió la Dama, ‘pude confirmar que Joel conversó con Aramis, un agente perteneciente a la citada Sección 21. Tras culminar la conversación telefónica Joel me devolvió mi identificación ofreciendo una satisfacción, no refiriéndose al tema del brazalete y retirándome del lugar’.

El periodista Carlos Serpa confirmó que el arresto de la Dama de Blanco por usar esta pulsera no es un caso aislado. Recientemente 60 jóvenes también fueron detenidos en La Habana por este motivo.

Autor: Carlos Serpa Maceira