“A mi esposo me lo entregaron medio muerto”
El Telégrafo
Tras más de siete años de reclusión, Sigler, de 46 años, quedó parapléjico, su estado de salud es crítico y el diagnóstico de los médicos que lo tratan es pesimista, afirma su esposa Noelia Pedraza, una de las Damas de Blanco, en diálogo con este diario desde Villa Clara (Cuba)
El disidente cubano Ariel Sigler lucha por su vida tras haber sido excarcelado el sábado con licencia extrapenal, como resultado de las negociaciones que la Iglesia católica sostiene con el Gobierno castrista a favor de la liberación de los presos políticos enfermos.
Tras más de siete años de reclusión, Sigler, de 46 años, quedó parapléjico, su estado de salud es crítico y el diagnóstico de los médicos que lo tratan es pesimista, afirma su esposa Noelia Pedraza, una de las Damas de Blanco, en diálogo con este diario desde Villa Clara (Cuba).
¿Cómo está su esposo?
Su estado es grave. Tiene cálculos en el riñón, pólipos en la vesícula, duodenitis, hipertensión, pero su problema más grave es la desnutrición crónica. Ariel era un hombre corpulento, de 1,86 metros de alto, licenciado en Cultura Física, y ahora pesa solo 100 libras.
¿Su vida corre peligro?
Sí. Los médicos dicen que la única solución es que sea tratado en un hospital del exterior debido a todas las enfermedades que padece.
¿Qué opina del gesto del Gobierno cubano de dejar a su esposo en libertad?
No tengo nada que agradecer al Gobierno, porque a mi esposo me lo entregaron medio muerto. Él nunca debió estar preso (…), hace dos años que Ariel permanecía recluido en un hospital de La Habana debido a su grave estado de salud.
¿Por qué fue encarcelado?
Por la represión del régimen cubano. Él fue detenido a las 09:00 del 18 de marzo de 2003, en la llamada Primavera Negra, cuando caminaba por la calle. Ese día el Gobierno ordenó a sus militantes detener a todos los opositores.
¿Él hacía oposición al Gobierno?
Ariel denunciaba todas las cosas malas que hacía el Gobierno y exigía que en Cuba se respeten los derechos humanos, pero él nunca hizo nada malo. Sin embargo, fue detenido bajo los cargos de atentar contra la seguridad nacional y recibió una condena de 20 años de prisión.
¿Por qué su esposo quedó parapléjico? ¿Fue torturado?
No sufrió torturas físicas, pero sí sicológicas. Una vez le dieron una pastilla y perdió dos días el conocimiento (…). Quedó paralítico tras sufrir una caída, los médicos dijeron que se trataba de una paraplejía funcional.
¿Recibió tratamiento?
En la cárcel, los médicos no le dieron atención y cuando quisieron actuar fue demasiado tarde. Hasta ahora no ha sido posible que se recupere y cada día su salud empeora.
Su esposo estuvo en varias cárceles, ¿lo mantuvieron aislado de su familia?
Ariel estuvo detenido en prisiones de varias provincias. Primero fue llevado a Ciego de Ávila, luego a Villa Clara y después a Cienfuegos, siempre lejos de su lugar de residencia en Matanzas, porque lo que ellos hacen es alejar a los prisioneros de sus familias. Eso es algo inhumano.
El secretario del Vaticano se reunió con el Gobierno. ¿Tiene esperanza de que este diálogo concluya con la liberación de más presos de conciencia?
No, pero la Iglesia debe mantener su presión y exigir al Gobierno de Raúl Castro que libere a los presos políticos, ellos son inocentes (…). El mundo debe saber que queremos un cambio en este país, libertad de expresión y democracia.
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Autor: El Telégrafo