Las autoridades cubanas atacarán las «provocaciones» de la disidencia
El diario oficial Granma advirtió ayer que las autoridades responderán en forma contundente a ‘cualquier provocación’ de la disidencia cubana, a cuyos integrantes calificó de ‘mercenarios’ y ‘asalariados’ de Estados Unidos.
Un artículo de Granma sobre la política del presidente estadounidense George Bush hacia Cuba señaló que su ‘plantilla asalariada no debe dudar de la contundencia de la respuesta popular a cualquier provocación’, en alusión a los disidentes que residen en la isla.
El texto se titula La soberbia de Bush y la cotidianidad de los cubanos, y aparece firmada por Orlando Oramas León, subdirector de la publicación y con un largo expediente de colaboración con el Departamento América del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC).
La nota señaló que Bush ‘apela otra vez a la exigua contrarrevolución’ interna en su política contra la isla.
El pasado lunes, el líder Fidel Castro exhortó a Estados Unidos a dar a sus presos igual trato que el que Cuba dio a 75 disidentes encarcelados en 2003, a quienes calificó de ‘mercenarios’, en una de sus habituales ‘reflexiones’ aparecidas en la prensa.
El artículo de Castro recibió amplio rechazo entre el movimiento disidente, que calificó las declaraciones del ex gobernante como ‘desinformadas’ sobre la realidad de los procesos judiciales seguidos en la Causa de los 75.
Desde la cárcel donde expira una condena de 20 años, el periodista Héctor Maseda estampó una dedicatoria a Castro en un ejemplar de su libro testimonial Enterrados vivos (2008), escrito en cautiverio y publicado en Miami: ‘Espero que su lectura lo convenza de la realidad que existe en las ergástulas cubanas y nunca más afirme –al menos en público como lo ha hecho– que en ellas las autoridades carcelarias cubanas no emplean métodos crueles, inhumanos y degradantes contra la población penal para someterla’.
El ejemplar dedicado a Castro fue entregado en el Palacio de la Revolución por la esposa de Maseda, Laura Pollán, líder del movimiento cívico de las Damas de Blanco.
Para diversos analistas y sectores de la oposición interna, tanto el artículo de Castro como la nota de Granma constituyen pruebas fehacientes de que Cuba no podrá respetar los compromisos internacionales contraídos con la firma de sendos pactos sobre derechos humanos ante Naciones Unidas, el pasado 28 de febrero.
Para el economista disidente Oscar Espinosa Chepe, la reacción de Castro prueba que existen discrepancias respecto a la estrategia de Raúl Castro sobre los disidentes presos. ‘Para Raúl los presos de conciencia son una piedra en el zapato y un obstáculo en las relaciones con Estados Unidos y Europa’, indicó el opositor, condenado a 20 años en la llamada Primavera Negra y liberado por razones humanitarias en el 2004.
En declaraciones tras su vista a Cuba el pasado febrero, el cardenal Tarcisio Bertone aseguró que Raúl Castro se mostró abierto a discutir el tema de los prisioneros políticos cubanos e incluso valoró la posibilidad de buscar un canje de detenidos que incluyera a los cinco cubanos convictos de espionaje en Estados Unidos.
Castro, de 81 años y retirado desde febrero del gobierno por razones de salud, fue quien ordenó en 2003 la detención de los 75 opositores que, bajo cargos de trabajar para una potencia extranjera, fueron condenados a penas de entre seis y 28 años de cárcel.
Autor: El Nuevo Herald