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José Daniel Ferrer, uno de los disidentes cubanos de mayor peso, está sacando partido de la única oportunidad que le ha dado el régimen castrista para salir de la isla, tras la intercesión de la Casa Blanca. En las últimas semanas, el líder de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu) ha viajado a varias ciudades europeas y estadounidenses. En Suiza presentó, junto a otros opositores, el llamado «Petitorio de Ginebra», en el que reclaman que «la exigencia de respeto a los derechos humanos sea prioritaria en los diferentes procesos de negociación» con La Habana. El exprisionero de conciencia cree que Cuba «teme quedarse sin el sustento de Caracas, por eso busca en los países occidentales el apoyo que tuvo con la URSS y luego con Venezuela». Advierte de que el castrismo «hace como que se mueve o que está dispuesto a moverse mientras mantiene la más férrea represión interna». Ferrer fue uno de los 13 opositores invitados a reunirse con Obama en su viaje a la isla de marzo. Es partidario del deshielo entre EE.UU. y Cuba «siempre que la cuestión de los derechos humanos esté en la agenda de Washington y sea solidario con quienes luchan por la democratización». A mediados de julio espera regresar a su país. «El régimen no me lo puede impedir, prefiero estar preso antes que fuera de Cuba», afirma.

-¿La disidencia se siente abandonada por las democracias occidentales?

-No completamente, pero el apoyo no está al nivel que el pueblo y la disidencia necesitan. Estamos en un momento muy positivo en cuanto a la toma de conciencia de la población de que aquello hay que cambiarlo, cada vez es mayor el descontento y más los ciudadanos que se unen a la oposición pacífica. Debía aumentar el apoyo y la solidaridad de Occidente, y más bien ha disminuido.

-¿Cree que Washington y Bruselas priman los intereses económicos a la exigencia de respeto a los derechos fundamentales o la liberación de los presos políticos en sus negociaciones con La Habana?

-Desde Washington se ve más preocupación que desde Bruselas por los derechos humanos. Cada vez que viaja a Cuba un alto funcionario del Gobierno estadounidense se reúne con la oposición, pregunta, escucha y emite mensajes solidarios y críticos con las violaciones a los derechos humanos. Bruselas ha bajado muchísimo su pronunciamiento crítico hacia estas violaciones y no hay contacto directo con los opositores dentro de Cuba.

«Casos como Venezuela no hubiesen ocurrido si el mundo libre hubiera tenido un papel más enérgico a la hora de condenar las injerencias del régimen»
-Usted ha afirmado que los gobiernos europeos son «amigos muy tímidos» por «ceder demasiado y exigir muy poco» al régimen instaurado en Cuba hace más de 50 años…

-Sin duda, y eso no solo nos afecta a los demócratas cubanos y al pueblo en general sino también a toda la región. Situaciones como las de Venezuela no hubiesen ocurrido si el mundo libre, la UE, hubiera tenido un papel más enérgico a la hora de apoyar a los demócratas cubanos y de condenar las injerencias del régimen en otras regiones con su mal ejemplo, sus métodos represivos.

-¿Los cubanos perciben algún beneficio del deshielo, en la economía o las libertades?

-Muy poco. Lo más importante de todo este proceso que el Gobierno estadounidense ha comenzado es que la población siente ya de una manera bien clara que ese país no es el responsable de los graves problemas de Cuba. Vieron a un presidente de EE.UU con un discurso muy positivo, constructivo, tendiendo puentes, su mano. Y luego vieron al régimen cubano, a Fidel y Raúl Castro, al canciller Bruno Rodríguez, diciendo todo lo contrario, que nada va a cambiar, que vamos a continuar con el modelo socialista, de economía planificada y el partido único va a seguir siendo la fuerza rectora de la sociedad… A la gente le queda bien claro quién es el causante de sus problemas.

-Cuba está de moda. El rockero estadounidense Bon Jovi acaba de viajar a la isla, entre otros. ¿Estas visitas de personalidades pueden ayudar a que se difunda por el mundo la realidad cubana?

-No tenemos mucha confianza en que eso así suceda. Sabemos que hay ciertas personalidades y cierto turismo que lo que más le interesa de Cuba es que es una especie de museo de lo que fue la confrontación de la guerra fría, una nación anclada en el tiempo, muy atrasada económicamente y en la que se violan casi todos los derechos y libertades fundamentales. Nuestra esperanza es que en la medida en que van estos famosos, estas personas que se interesan poco por el sufrimiento y las carencias del pueblo, vayan otros que sí muestren solidaridad, preocupación y estén dispuestos a apoyarlo para alcanzar la democracia y el respeto a los derechos y libertades fundamentales.

«Debemos concentrarnos en la lucha decidida, firme e inteligente en las calles de Cuba para recuperar las libertades fundamentales»
-Hay opositores que rechazan el acercamiento a Cuba de Estados Unidos o la Unión Europea. ¿Cómo convencerlos para conseguir una oposición unida frente a la dictadura?

-Es un porcentaje mínimo, como también entre la población: más del 90% se manifiestan abiertamente a favor del proceso. Es difícil, pero sobre todo les planteamos que la cuestión de las relaciones del mundo exterior con Cuba no puede ser un punto de fricción para quienes luchamos por la libertad y la democracia. Debemos concentrarnos en la lucha decidida, firme e inteligente en las calles de Cuba para recuperar los derechos y libertades fundamentales.

-¿Se ha recrudecido la represión con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Washington?

-Sí se ha recrudecido pero no lo atribuimos al deshielo sino al aumento del descontento, la población se manifiesta de manera más crítica y cada día hay más ciudadanos en las filas de la oposición pacífica. Es cuestión de pura ley física: mayor activismo prodemocrático, mayor represión del régimen.

-¿Qué le parece que las autoridades cubanas impidan a las Damas de Blanco manifestarse por la Quinta Avenida de La Habana y asistir a misa en la parroquia de Santa Rita, así como a otras iglesias del país?

-Después de una larga lucha y de muchos sacrificios durante años, en 2010 el régimen accedió previa conversación con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y la mediación de la Iglesia católica a que las Damas de Blanco fuesen a misa y se reuniesen en el parque Gandhi. Con todo el derecho que les asiste, intentaron expandir su labor y sus marchas más allá de la Quinta Avenida. El régimen no está dispuesto a que las Damas de Blanco ni ningún otro grupo opositor gane espacios más allá de los que ya se han podido conquistar con mucho sacrificio. Por eso han recrudecido la represión, por la mayor audacia de las Damas de Blanco y de otros grupos opositores.

-El Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) del pasado abril ¿ha supuesto alguna esperanza de apertura política y cambios más rápidos en la economía, o todo lo contrario?

-Todo lo contrario, la mayoría de la población no esperaba ningún movimiento de ese congreso que diese mayores esperanzas. Cuando vieron cómo se mantenía la dirección del Partido Comunista, más las declaraciones de que el modelo continuaría, se quedaron más desencantados de lo que estaban antes. Luego el régimen dijo que van a legalizar la pequeña y mediana empresa en un proceso hasta 2030. Es como decirle a alguien que tiene una grave enfermedad que la medicina que necesita la van a fabricar dentro de diez años. El único cambio que se esperaba de verdad era el relevo de José Ramón Machado Ventura. Pero al mantenerlo como número dos del partido confirmaron que pretenden continuar con la vieja política.

-Después de su gira por Europa y Estados Unidos ¿volverá a Cuba?

-Vuelvo seguro a mediados de julio, no tengo la más mínima duda. No existe ninguna fuerza mayor que me impida regresar a Cuba. Ni siquiera el régimen me lo puede impedir, prefiero estar preso antes que fuera.

Pesadilla para el castrismo

Condenado a 25 años de cárcel en la oleada represiva de la Primavera Negra de 2003, José Daniel Ferrer (Palma Soriano, 1970) malvivió ocho años en cinco prisiones distintas. Entonces pertenecía al Movimiento Cristiano Liberación (MCL), de Oswaldo Payá, y padeció torturas psicológicas y en una ocasión físicas.

Al poco de salir de la cárcel, el 24 de agosto de 2011, fundó la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu). Ferrer y su movimiento son blanco constante de las fuerzas represivas del régimen. Con más de 3.000 militantes, es fuerte en las provincias orientales, aunque también afirma que lo son en la capital. Unpacu, según su líder, es «una combinación de activismo político, labor social y propaganda».

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Autor: abc.es