Misas y recorridos
Cada domingo, las Damas de Blanco asisten a misa en la iglesia de Santa Rita en el barrio habanero de Miramar. Al salir, hacen un recorrido por las calles de los alrededores en absoluto silencio, portando fotos de sus familiares con el número de años que fueron condenados a prisión.
Las une un objetivo común, marchar pacíficamente exigiendo la libertad de sus esposos, padres, hijos, hermanos y sobrinos, así como de cualquier preso de conciencia que haya sido víctima del régimen autoritario que gobierna en la isla.
En muchos países se forman redes de solidaridad entre mujeres cuyos familiares están en prisión. En Cuba, sin embargo, las Damas de Blanco también simbolizan un reclamo de libertad de aquellos que son oprimidos por la maquinaria represiva del régimen.
A pesar de la liberación de los presos encarcelados durante la Primavera Negra (el periodo de mayor represión que cuba ha conocido), las Damas no cesan la lucha por la libertad de los presos injustamente encarcelados, ya que el régimen sigue deteniendo a activistas y periodistas independientes.
Actos simbólicos y de protesta
Las Damas de Blanco también protagonizan actos simbólicos y de protesta pacífica que tienen una gran importancia. Entre ellos, destacan varios logros a lo largo de los años.
Como la entrega de cartas firmadas por ellas mismas. Por ejemplo, la misiva que entregaron, tras una pacífica caminata, a la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) para reclamar atención para su caso en los mudos medios de prensa cubanos.
O la exitosa protesta en la mismísima Plaza de la Revolución protagonizada en el 2004 por Berta Soler y otras Damas, quienes lograron su propósito de que el esposo de Berta, Ángel Moya, uno de los 75 inocentes encarcelados en 2003, fuera trasladado a un hospital de La Habana.